En 2003 las autoridades crearon las ayudas sociales con prestaciones directas. Las reciben, bajo ciertas condiciones, las familias con ingresos por debajo del umbral de la pobreza. Hasta 561.000 pesos, menos de 230 euros, se percibe al año si un niño asiste asiduamente a clase. Y otros 350 euros por realizarle los reconocimientos médicos estipulados.
Según la economista Renata Pardo, las mejoras constatadas hasta este momento son sólo las primeras consecuencias de estas medidas. "Hasta ahora, su efecto se limita únicamente a la redistribución monetaria", dice. A medio plazo, se dejarán sentir mucho más: "Cuando los niños que se han beneficiado de estos programas entren en el mercado de trabajo, estarán más sanos y mejor preparados que sus padres, lo que les abrirá muchas más oportunidades".
Así que, a medio plazo, la pobreza deberá reducirse aún más. Máxime cuando el proceso de paz con la guerrilla, que Juan Manuel Santos está llevando a cabo, parece ir por un camino muy prometedor.
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